martes, 15 de julio de 2014

MASP a ritmo de Fito.




Mucho se habló de los JASP en los años 90. La generación mejor preparada, aquella que iba a comerse el mundo y  hacer grandes cosas.  

Y así fue.

Como Cesar en la Galia, vinieron, vieron y vencieron… ¿vencieron? 

Muchos probaron las mieles del éxito, cierto, pero la crisis se ha llevado por delante a una buena parte de aquellos JASP que convertidos en MASP: Maduros Aunque Sobradamente Preparados (término utilizado por  Laura Rosillo) con amplia experiencia profesional, han sido víctimas de políticas de reestructuración, de evaluaciones del desempeño justificantes de su despido, en personas incómodas para sus empresas porque saben mucho, cuestan demasiado y su límite de aguante a las bromas y empanadas mentales, ha bajado siete octavas; es más difícil convencerles, ya han visto mucho de todo. 

El mercado laboral está repleto de MASP abocados por las circunstancias a convertirse en emprendedores, coaches, divulgadores,  CEOS de su propia vida, supervivientes…como si de un nuevo hito en su carrera profesional se tratara. Y es cierto que lo es. ¿Recordáis la historia de mi amigo Sergio?

¡Cuánto talento desperdiciado! Una visión cortoplacista les ha expulsado de organizaciones  donde tal vez dentro de algunos años (no muchos) echen de menos su "Know-How". O tal vez no. Nunca se sabe.

Por todo esto, me apetecía hacer un guiño a esa nueva generación perdida  y contar al resto a través de una versión muy personal de la canción “Antes de que cuentes 10” de Fito y Fitipaldis lo que creo encierra su momento vital.

Va por tod@s vosotr@s.

Los MASP
Pueden escribir y no disimular
es la ventaja de irse haciendo viejo.
Aún tienen mucho con lo que impresionar
por fuera y por dentro.


Tal vez se perdieran en un cruce de palabras,
o les anotaran mal la dirección.
Lo que es seguro que a estas alturas de sus vidas
 han grabado su nombre en una bala
y han probado la carne de cañón.


Cuando creían que lo tenían todo controlado,
alguien les dijo no, no, no,
que ahora viene el viento de otro lado
déjame el timón.


Son conscientes de que
Lo que les llevará al final
serán sus pasos, no el camino.
 saben que siempre vas detrás
cuando persigues al destino.


Su experiencia les dice que:
Siempre es la mano y no el puñal
nunca es lo que pudo haber sido
no
 es porque digas la verdad
es porque nunca has mentido.


Se repiten a sí mismos que:
No han de sentirte mal
si algo no les sale bien,
han aprendido a derrapar
y a chocar con la pared.

Ahora saben
Que la vida se nos va
Como el humo de ese tren
Como un beso en un portal
Antes de que contemos 10.


Gracias por enseñar al resto a ser resilientes.



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