miércoles, 17 de diciembre de 2014

Fin de año: Una parada para coger impulso



Sin apenas darnos cuenta estamos inmersos de nuevo en las fiestas navideñas ¡¿YA?!

A medida que cumplo años tengo la sensación de que el tiempo pasa más deprisa; veo a mi hija crecer y a mi madre envejecer quickly más quickly de lo que quisiera.

Y los años llegan, pasan y se van.

Tal vez esté desarrollando ese trastorno adaptativo que tenemos todos los padres al llegar a cierta edad, al ser conscientes de lo vivido y de que estando en el mejor momento vital, en la cima de la montaña, en el camino de la vida nos toca a partir de ahora, ir dejando que quienes nos acompañaron sigan otros caminos o directamente desaparezcan físicamente de nuestro lado.

Pero a esto le dedicamos microsegundos de nuestro día a día.

El ajetreo que nos imponen o nos imponemos no permite vivir el presente.

Sólo, en determinadas circunstancias analizamos, modificamos y ponemos en marcha nuevos hábitos, nuevos propósitos de enmienda que normalmente dejan de existir allá por el mes de febrero, tras la resaca de las buenas acciones que todos diseñamos mientras intentamos no atragantarnos con las uvas de fin de año.

Eso sí, nos guste reconocerlo o no, cada vez somos más los que “ponemos excusas” para parar o buscamos métodos de rápida digestión para frenar, para eliminar de nuestro cuerpo y de nuestra mente todo el estrés que podamos.

Tal vez por esa necesidad de insuflar sabia nueva, optimismo y satisfacción con lo que forma parte del diario, vosotros, los que estáis ahí y seguís este Blog desde hace más o menos tiempo ¡¡mil gracias!! habéis hecho que los posts dedicados al desarrollo personal hayan sido los más leídos en el 2014.

Y curiosamente ordenados se convierten en una estupenda propuesta de training navideño, de final de año, una parada antes de tomar impulso.

¿Te atreves a realizar el ejercicio? Si es así comencemos:

#1. Para y siente un sueño, una persona, un recuerdo.

En Cómo construir el hábito del optimismoencontrarás una sencilla técnica de desarrollo de tu inteligencia emocional.

#2. Para y reflexiona sobre todo lo que funciona en tu vida, dejando de lado lo que no lo hace. Pequeñas cosas, grandes resultados.

En Be happy: si es tan sencillo por qué nos cuesta tantodescubrirás sencillas reflexiones sobre la satisfacción que encontramos en las pequeñas cosas del día a día ¿haces un repaso?

#3. Para y analiza las relaciones que has establecido a lo largo del año que termina. Ser consciente de lo que te aporta cada una de ellas y el por qué estás anclad@ a las mismas, te dará pistas de la red emocional y social que estás tejiendo a tu alrededor.

Los posts dedicados a las relaciones personales (relaciones incógnitas, relaciones estrella, relaciones perro y relaciones vaca lechera)  te ayudarán a ello.

#4. Para e identifica qué te aporta el trabajo que realizas y cómo te hace sentir.

“¿Engage qué? Engagement”, el trabajo ocupa sin duda un gran espacio en nuestras vidas. Desafortunadamente no tod@s encuentran en él desarrollo profesional, motivación y satisfacción. Sea cual sea tu resultado: ¿por qué no analizar qué es lo que tienes, por qué lo mantienes y qué quieres hacer por pequeño que sea el paso a dar, para cambiar de rumbo?


#5. Para y revisa cómo te comunicas con los demás y cuál es el efecto que tiene en tus relaciones personales y laborales.

Por último Saber decir NO es necesario pero no lo digas gritandoes el post dedicado a la importancia de nuestro estilo comunicativo. ¿Sabes cuál es el tuyo y las consecuencias que genera a tu alrededor?


Todos necesitamos descansar, reponer fuerzas y coger impulso, y éste es un estupendo momento para hacerlo.


 
Imágenes: pixabay
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